Al igual que con la Bhagavad Gita, son varias las escuelas de pensamiento que han interpretado los sutras de diversas maneras, colocando el énfasis en su camino particular hacia la realización del Sí mismo: karma (acción), jñana (sabiduría), o bhakti (devoción). Cada comentarista basa su interpretación en ciertas claves o temas principales, tejiendo sus pensamientos, sentimientos y experiencias a su alrededor. Mis propias interpretaciones derivan de toda una vida de estudio del yoga, y de las experiencias obtenidas mediante la práctica de asana, pranayama y dhyana. Esos son los aspectos clave del yoga que he usado para interpretar los sutras de la manera más sencilla y directa, sin apartarme de los significados tradicionales ofrecidos por sucesivos maestros.
Los cuatro capítulos o padas del libro son:
- Samadhi Pada (sobre contemplación)
- Sadhana Pada (sobre práctica)
- Vibhuti Pada (sobre propiedades y poderes)
- Kaivalya Pada (sobre emancipación y libertad)
Los cuatro padas corresponden a los cuatro varnas o divisiones del trabajo, los cuatro asramas o etapas de la vida, los tres gunas o cualidades de la naturaleza y el cuarto estado más allá de ellos (sattva, rajas, tamas y gunatita) y los cuatro purusarthas o metas de la vida. En el sutra final del cuarto pada, Patanjali habla de la culminación de purusarthas y gunas como el objetivo más elevado del sadhana yoguico. Estos conceptos deben haberse podido comprender completamente en tiempos de Patanjali, y por tanto debían resultar implícitos en los primeros capítulos, pues sólo habla explícitamente de ellos al final del libro.
El efecto esencial de seguir el camino mostrado por Patanjali es experimentar el estado indivisible y fluido del que ve.
El primer pada equivale a un tratado sobre dharma sastra, la ciencia del deber religioso. Dharma es lo que sostiene, anima y apoya a quién ha caído, o está cayendo, o está a punto de caer, en la esfera de las prácticas éticas, físicas o mentales, o en la disciplina espiritual. Me da la impresión de que todo el concepto yóguico de Ptanjali está basado en el dharma, la ley transmitida de manera perpetua a través de las tradiciones védicas. El objeto de la ley del dharma es la emancipación.
Si el dharma es la semilla del yoga, Kaivalya (emancipación) es su fruto. Eso explica el sutra final, que describe kaivalya como el estado inmotivado y vacío de todo objetivo mundano y de las cualidades de la naturaleza. En kaivalya, el yogui refulge en su propia inteligencia, que emana del que ve, atman, independiente de los órganos de acción, de los sentidos de percepción, de la mente, la inteligencia y la consciencia. El yoga es, de hecho, el camino hacia kaivalya.
Dharma, la ciencia sistemática del deber, forma parte del Óctuple Sendero del yoga (astanga yoga), que Patanjali describe en detalle. Cuando se siguen las ocho disciplinas con dedicación y devoción, ayudan al sadhaka a estabilizarse física, mental y emocionalmente, para que pueda mantener la ecuanimidad en toda circunstancia. Aprende a conocer el Alma Suprema, Brahman, y a vivir de palabra, pensamiento y acción en consonancia con la verdad más elevada.